dimecres, de juny 15, 2011

El oso de Sol

¿Te acuerdas, Fernando, de cuando pasamos aquel fin de semana en Madrid? Ya supongo que sí, jaja. Igual te pareció un puntazo quedar conmigo y llevarme a ver rincones que echabas de menos de tu querida ciudad...

¡Yo me acuerdo perfectamente de muchas de las cosas que hablábamos! Estaba muy atento a todo, la verdad. Un poco siempre me ha pasado, pero claro, teniendo en cuenta que eras 8 años mayor que yo, pues razón de más... Vamos, que iba a aprender seguro. A sacar conclusiones, sobre todo.

Porque menuda una me soltaste aquel día en el aeropuerto... "¿Cómo te imaginas con 38 años?" Yo tenía entonces 29, y la verdad es que la cuestión en sí misma me estresó un poquillo. De profesor de catalán, te dije, pero sintiéndome cómodo y seguro de mi trabajo. "Me imagino siendo un buen profesor de lenguas".

Me salió eso lo primero, lo que ya hacía entonces, y es que no te imaginas la tensión que viví durante aquel curso. De hecho me estaba enfrentando con un posgrado súper chungo (un posgrado para tener un nivelazo de lengua catalana) cuando sustituí a la otra chica, Marta, en las clases del aeropuerto. Qué punto, ¿verdad?, que fueras mi primer alumno... Bueno, tú y la otra chica, ¿Raquel se llamaba?

Ya me intimidabais, ya... Tú, ingeniero industrial, los otros ingenieros aeronáuticos, el chico alemán que había trabajado en el aeropuerto de Frankfurt y previamente en el proyecto de la T4... ¡Peña inteligente, chaval! Vale que reconocías no ser muy bueno con los idiomas, pero es que pillabais todo al vuelo (jejeje). Además me parecía súper bien que, siendo de Madrid, sin tener la mayoría intenciones de quedaros en Barcelona, os apuntarais a clases de catalán.

¿Y cuando coincidió que me iba a pasar un finde a Madrid y tú igual? Recuerdo que visitamos el Retiro, el Café de la Ópera, el Caixa Forum... Se te veía entusiasmado, la verdad. Cuando me contaste, por ejemplo, los tonos variando progresivamente del amarillo al rojo de las bigas (¿se dice así, en castellano?) que recorren el pavellón inmenso de la T4. Después, en la T1, no os lo currasteis tanto, ¿eh, bandidos? jaja, me acuerdo que os preguntaba sobre los planos y sobre cómo quedaría todo al final...

Pues se me ocurrió de contactarte después de tanto tiempo porque estos días se habla mucho de Madrid, por la indignación popular que ha tomado la plaza... Vaya, que me imaginé que volvíamos a quedar donde me indicabas en el sms: "kedamos en el oso de sol". Me costó entender, la verdad, pero vamos que quedaba claro. El oso y el madroño, signo más representativo de la ciudad, ¿no? Yo sabía del tema por la canción aquélla de ¡Aquí no hay playa! jajaja, Qué pasada que se haya organizado el campamento precisamente allí.

Al principio de toda la movida creí, ingenuo de mí, que se podía llegar a producir un acercamiento entre las plazas de Madrid y Barcelona. Que más allá del fútbol y los presupuestos, palpitaba algo común y parecido en los dos centros. Pero macho aunque de alguna forma si que sucede, no significa gran cosa, porque no podremos decir nunca que ese es el sentir del pueblo. Vamos, hablo del mío... Me he quejado tanto ya de los que hablan del País, que no me atrevo a confundir a los indignats con nada más que ellos mismos.

Un abrazo y hasta pronto,

I